Con la primavera vuelve la vida a nuestros jardines y a nuestros balcones. Las plantas salen de su letargo, aceleran su crecimiento y las flores comienzan a brotar. Pero no son las únicas en reaparecer.
Hoy os hablamos de las principales plagas que pueden afectar a tus plantas en esta época del año. Conocerlas es vital para que puedas identificarlas y realizar los tratamientos necesarios para salvar tus plantas.
Plagas de primavera: el pulgón
Esta es una de las plagas más comunes durante la primavera… y una de las más molestas. Se trata de pequeños insectos que pueden ser verdes, negros o amarillos y que surgen en las hojas y en los tallos tiernos de los árboles de sombra, las plantas con flor y las plantas ornamentales, generalmente. Suelen situarse en el reverso de las hojas.
El pulgón se alimenta succionando la savia y provoca que la planta pierda su verde y vigorosidad, atrofiando las hojas e impidiendo su crecimiento, llegando a acabar con la vida de la planta. Su expansión, además, es tremendamente rápida, así que hay que actuar deprisa.
Las causas más frecuentes de la aparición de los pulgones son la subida de las temperaturas, la falta de nutrientes o un exceso en el riego de las propias plantas.
Los pulgones tienen unas aliadas: las hormigas. Estas se encargan de cuidar a los pulgones y de repartirlos por las plantas. Primero llegan los pulgones, luego las hormigas.
Para prevenir la aparición del pulgón en tus plantas debes aplicar un insecticida sistémico una vez al mes. Empieza con este gesto antes de ver los pulgones en tu planta, en cuanto veas que las temperaturas empiezan a subir. De este modo tendrás tus plantas ‘vacunadas’ para cuando lleguen estos insectos.
Si ya es tarde y el pulgón ya ha hecho acto de presencia, debes realizar una aplicación semanal durante tres semanas de insecticida, ya sea sistémico o de contacto, para erradicar la plaga.
Plagas de primavera: Gusanos
Los gusanos pasan el invierno escondidos en la tierra o en las cortezas de los árboles y con la llegada de la primavera se convierten en mariposas. El primer aviso de esta plaga es, precisamente, ese: ver revolotear las mariposas en las plantas. Estas pondrán sus huevos en ellas y los primeros días de calor, en abril o mayo, nacerán los primeros gusanos. No los verás, porque son realmente pequeños, y se meten en las plantas, en los tallos y en las flores.
Esta plaga es muy habitual por lo que es importante que, en cuanto empiece el calor, apliques a tus plantas un insecticida sistémico a modo preventivo. De esta manera ‘vacunarás’ tus plantas y evitarás muchos problemas.
Si ya tienes la oruga introducida en tu planta, puedes usar el insecticida sistémico o el de contacto, pero tendrás que hacer varias aplicaciones. Al menos una semanal durante tres semanas y controlar, entonces, la situación de la plaga. Si ves que se ha reducido, puedes parar de aplicar o si no puedes continuar otras dos o tres semanas hasta acabar con el problema.
Hay muchos tipos de plagas de gusanos, entre las más comunes están los gusanos del césped -o gusanos blancos- y la oruga o taladro del geranio, entre otros. Esta plaga deja los troncos de las plagnas negros. Cuando la oruga está metida dentro es muy difícil eliminar: en este caso es mejor usar un insecticida sistémico, que entrará dentro de la planta.
Plaga de primavera: caracoles y babosas
En una sola noche los caracoles y las babosas pueden ocasionar más daños a las plantas que muchas plagas de jardín en toda una temporada.
Esta no es una plaga de insectos, si no de moluscos. Los caracoles y las babosas son parientes cercanos y tienen muchas características comunes, como los ojos al extremo de los tentáculos en la parte frontal de la cabeza, aunque los caracoles son los únicos en tener conchas visibles. Ambos prefieren los lugares húmedos y oscuros. Si buscas por tu jardín en un día soleado los encontrarás en rincones sombreados, bajo las hojas, hierbas o escombros húmedos del jardín.
Las secuelas de esta plaga son visibles a primera hora del día. Los caracoles y las babosas devoran las hojas, las flores y los tallos tiernos de tus plantas y cultivos de la huertas. Verás unos hoyos irregulares grandes que han dejado al masticar las plantas. A diferencia de los bordes raídos en las mordidas de otras plagas, los hoyos de los caracoles y babosas tienen bordes mucho más lisos. Si además ves rastros de mucosidad plateada cerca de los daños, puedes estar seguro de que se os han visitado los caracoles y las babosas.
Estos moluscos son más activos en primavera y otoño, cuando el suelo del jardín está húmedo. Las condiciones calientes, frías y secas los ahuyentan. Una vez que aparecen los hoyos en las hojas, no se puede hacer nada y la única solución es esperar a que nazcan hojas nuevas. En las plantas jóvenes, estos daños suelen ser irreparables.
Para prevenir y ahuyentar a estos inquilinos no deseados, os traemos una opción ecológica: una planta que se encarga de espantarlos: la Hyssopus Officinalis. Esta planta es muy conocida como repente de caracoles y babosas, mide unos 40-60 cms., florece en verano y soporta tanto el sol fuerte como la sequía. Situada entre tus plantaciones, emitirá un olor que molesta a estos animales y ellos mismos tenderán a buscar otras zonas donde se encuentren más cómodos. De este modo evitarás, además, usar productos químicos en tus plantas y tener que matar a las babosas o caracoles.
Plagas de primavera: cochinilla
La plaga de cochinilla es otra de las más comunes en esta época del año en las plantas de jardín y huerto. No es tan agresiva como lo puede ser el pulgón, pero sí puede ser muy problemática si no se ataja pronto.
Hay dos tipos de cochinilla: las que tienen un caparazón duro y forma de lapa lo que las hace muy resistentes en su forma adulta a los insecticidas y las algodonosas, recubiertas por algo parecido al algodón. La cochinilla se alimenta de la savia, restando vitalidad a las plantas, evitando su desarrollo y la aparición de nuevos brotes. Es muy habitual encontrarla en cactus, suculentas y plantas de interior, provocando malformaciones de la hoja y del tallo. Conviene eliminar rápidamente esta plaga porque puede favorecer la aparición de un hongo llamado negrilla que puede llegar a matar nuestra planta.
La cochinilla aparece cuando la planta está enferma, débil (porque no está recibiendo los cuidados que necesita) o cuando sufre algún estrés (por transplantes mal efectuados o por podas incorrectas). Si ves al insecto en la planta, observas manchas negras (causadas ya por el hongo negrilla), malformaciones y una melaza de un color blanquecino y aspecto similar al algodón, tienes una plaga de cochinilla en tus plantas.
¿Cómo evitar su aparición? En el caso de las plantas de interior, evita el exceso de sequedad ambiental. Aplica periódicamente abonos orgánicos y acolchados específicos (sobre todo en las plantas de exterior) y controla que el riego de cada planta se adecúa a las necesidades de cada especie.
Si la cochinilla ya ha afectado a tus plantas, puedes recurrir a los insecticidas químicos.
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