¿Sueles limpiar tus plantas? Este es un hábito imprescindible para su salud. Ten en cuenta que las plantas de interior están muy expuestas al polvo y, además, no reciben el agua de lluvia que ayuda a limpiarlas.
Limpiar tus plantas les ayudará a tener un aspecto sano y reluciente y no te llevará mucho tiempo. Pero no es solo cuestión de estética, si no también una importante fuente de salud para tus plantas.
Por qué hay que limpiar las plantas
En las hojas de las plantas se encuentran los estomas, que son los poros por los que respira. La suciedad puede taponarlos, complicando el proceso de la fotosíntesis. Además, una capa de polvo o cal acumulada reduce la insolación que reciben las hojas, perjudicando, de nuevo, el proceso vital de la fotosíntesis. Como consecuencia, las plantas pueden llegar a enfermar e incluso morir con el tiempo.
Limpiar las plantas que no reciben agua de lluvia es importantísimo para mantener su salud. La planta respira por sus hojas, así que de este modo le estarás ayudando a respirar mejor.
Deberías limpiar tus plantas de casa, como mínimo, una vez al mes. Y más si hay obras cerca y sus hojas se están llenando de polvo o pintura. Las plantas de exterior también necesitan ser limpiadas. Lo que pasa es que se limpian con más facilidad y reciben el agua de lluvia que también les ayuda con su limpieza.
Cómo limpiar las plantas
Lo primero que debes saber es que la única parte que hay que limpiar es la parte área de la planta: las hojas. Pero las formas de limpiar tus plantas pueden variar según el tipo de sus hojas y la naturaleza de la planta.
Según el tipo de plantas
Como siempre te decimos, con todo lo que se refiere al cuidado de las plantas lo más importante es conocer qué tipo de planta tienes. En algunos casos no podrás mojar sus hojas, como las cactáceas, las crasas o las suculentas.
- Las plantas de hoja grande se deben limpiar con bayetas de microfibra o similar y con un poquito de agua.
- Las plantas de hoja pequeña es mejor limpiarlas con un pulverizador. Otra opción es usar un pincel o una brocha de pelo suave.
- Los cactus o las plantas que tienen las hojas aterciopeladas deben limpiarse usando un cepillo de cerdas o púas suaves. Recuerda que en el caso de los cactus la limpieza debe ser en seco.
Cómo limpiar las hojas de las plantas
Una vez que sepas qué herramienta usar (un paño, un cepillo, una esponja…) ya puedes limpiar tus plantas. Es importante que limpies las hojas por ambos lados y, por supuesto, no frotarlas ni darles golpes fuertes, ya que las hojas son de las partes más delicadas de las plantas y podrías ocasionar su desprendimiento. Hazlo con mimo, con delicadeza, sin movimientos bruscos. El correcto cepillado se debe de realizar de la base a la punta.
Si estás limpiando una planta con hojas aterciopeladas o con pequeños pelos, sujeta la hoja con tu mano y pasa el cepillo de dientes o la brocha con suavidad por encima. Comienza a hacerlo desde la base y avanza con cuidado hasta la punta.
Si la capa de polvo ha alcanzado un grosor visible, nos será difícil eliminarla solo con agua. Para estos casos, mezcla en un litro de agua unas gotas de jabón de ducha y rocíalo con un pulverizador en las hojas de la planta. ¡Ojo! Tapa primero el sustrato o da la vuelta a la planta para que la mezcla se quede solo en la parte aérea. Al acabar este proceso, enjuaga la planta con agua tibia.
Cuando acabes de limpiar las plantas, no pases un trapo seco por sus hojas, ya que eso les genera mayor opacidad. Déjalas secar al aire libre, eso sí, ¡cuidado de no dejarlas olvidadas al sol!
Por cierto, cuando vayas a limpiar tus plantas, aprovecha para eliminar las flores marchitas, hojas secas, amarillentas o débiles. Recuerda que estas partes la quitan energía a la planta, así podrá dedicar todos sus recursos a la conservación y proliferación del resto de la planta.
Abrillantar las hojas
Si tu planta tiene hojas grandes y verdes y quieres darles un brillo extra, pasa una esponja con agua jabonosa por las hojas. También puedes utilizar como abrillantador natural el aceite de oliva, el vinagre o la cerveza. La técnica es esparcir cualquiera de estos productos con una esponja suavemente por las hojas, sin abusar de las cantidades de abrillantador y no enjuagarlas después de la aplicación. No lo hagas en plantas con hojas rizadas, aterciopeladas o con pelos pequeños.
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