El riego. Cuándo regar, cómo regar, cuánto regar… El riego es uno de los cuidados de las plantas que más dudas genera. En muchas ocasiones echamos en culpa a la falta de riego cualquier mal que parezca tener nuestras plantas, pero nada más lejos de la realidad. Para ayudaros a entender y mejorar este aspecto tan importante del cuidado de las plantas os traemos esta pequeña guía sobre el riego de las plantas.
Necesidades de las plantas
No nos cansamos de decirlo: antes de incorporar una planta a tu casa o tu jardín tienes que conocer sus necesidades (riego, ubicación, abono, etc.). Si nos centramos en el riego, ten en cuenta que hay plantas que necesitan ser regadas solo cuando el sustrato está seco del todo, otras que quieren tener la tierra húmeda continuamente e incluso las hay que prefieren pasar un periodo de sequía antes de volver a recibir agua. Es imprescindible conocer bien las plantas que incorporas a tu vida, como ves. Algunos ejemplos:
- Las plantas más resistentes a la sequía, como las plantas crasas, soportan mal el exceso de agua ya que les puede pudrir las raíces, aparecer los hongos o incluso provocar la muerte de la planta.
- Las plantas bulbosas tampoco toleran el exceso de riego.
- Las plantas tropicales, tan de moda en nuestras casas, necesitan una humedad constante tanto en la tierra como en el ambiente: es importante que mantengas el nivel adecuado y que las riegues siempre que notes que la capa superficial del sustrato se ha secado en exceso.
En general hay que evitar el encharcamiento: incluso las plantas que requieren más humedad y un riego constante prefieren un suelo con muy buen drenaje en la maceta o en el terreno.
Observa el estado de tus plantas
Si cuidas y observas el estado de tus plantas día a día, verás que ellas mismas te cuentan qué les pasa. Si sus hojas se apagan, pierden el brillo o se caen, puede que tu planta necesite agua. Si, por el contrario, las hojas están amarillas y tristonas, probablemente esté sufriendo por un exceso de agua. Te echamos un cable para entender qué te quiere decir tu planta:
- Si los bordes de las hojas amarillean o los pétalos de sus flores se secan prematuramente, la planta necesita o agua o más sombra.
- Si son los tallos los que pierden fuerza o si ves que hay hojas u otras partes de la planta que muestran manchas oscuras por el ataque de hongos o pudrición, la causa es una humedad excesiva. ¿Qué hacer? Riégala menos y ponla al sol.
- En cuanto al sustrato, la mayoría (excepto aquellas especies más resistentes a la sequía) necesitan ser regadas cuando la capa superficial (hasta dos o tres centímetros) aparezca seca y quebradiza.
Errores típicos al regar
El error más extendido es regar en exceso. Vemos la planta triste, apagada o débil y la regamos para solucionar el problema. Otro fallo habitual es regar antes de irnos de vacaciones a base de encharcar las plantas. Esto, en realidad, las debilita mientras dure el exceso de humedad y luego están más vulnerables y son más sensibles al periodo de sequía.
Otro gesto que puede ser perjudicial para las plantas es verter el agua mojando hojas y flores. Hay plantas a las que sí les beneficia este tipo de riego pero la mayoría necesitan recibir el agua a través del sustrato. Volvemos al primer punto de esta pequeña guía: es imprescindible conocer al detalle las necesidades de cada planta que tenemos en casa y en el jardín.
Por último, otro error en el riego que vemos mucho es utilizar el plato bajo la maceta para acumular agua y generar humedad para nuestra planta. De nuevo, puede que haya especies que necesiten este sistema pero en la gran mayoría pasa lo contrario y las raíces son especialmente sensibles.
Aprende a regar tus plantas
- Lo mejor es regar a primera o última hora del día, especialmente cuando las temperaturas suben. Y es que si regamos en las horas de mayor exposición solar, sobre todo si hablamos de las plantas de exterior, no resulta eficaz ya que se evapora más cantidad de agua y las plantas tienen menos tiempo para absorber la humedad.
- El agua, por lo general, mejor en la tierra.
- Cuando suban las temperaturas, sube la pauta de riego. Piensa que, por lo general, las plantas pasan el invierno en un estado vegetativo (necesitan menos humedad y menos nutrientes) pero se activan a partir de la primavera.
- Controla la cantidad de agua que usas para regar las plantas. Ten en cuenta el tamaño de la maceta, el tipo de tierra, las necesidades de la planta… En el caso de las macetas es muy útil el agujero de drenaje que incorporan en la parte inferior. Si el agua sale, significa que el agua ha llegado a las raíces.
- Mejor con agua de lluvia. Recógela si puedes y úsala ya que las plantas la prefieren a la más calcárea del grifo. Por otra parte, si vas a usar la del grifo, déjala reposar unas horas antes de regar, ya que las plantas tienen predilección por el agua tibia, sobre todo en los meses de calor.
- Si tienes dudas, recuerda lo que siempre os decimos: introduce el dedo unos centímetros en el sustrato para averiguar, más allá de la capa superficial, el estado de tu planta.
Recuerda: siempre es mejor quedarse corto que pasarse.
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