La orquídea es una de las plantas más populares del mundo. Muy usada en decoración por la belleza de sus flores es, también, una de las opciones más habituales a la hora de hacer un regalo natural. 

Se suele pensar, equivocadamente, que la orquídea es compleja de cuidar pero, ¡todo lo contrario! Conociendo bien las necesidades de la planta, podrás disfrutar de su floración muchos años. Te enseñamos a cuidar tu orquídea. 

Infografía - cuidados de las orquídeas

Cuidados de la orquídea

LUZ 

La orquídea necesita mucha luz, pero debes tener mucho cuidado y evitar que le dé el sol directo a través de la ventana, ya que esto provocaría un ‘efecto lupa’ que podría dañar sus hojas. Tienes que encontrar el lugar de tu casa donde esta planta pueda disfrutar de horas de luz pero sin sufrir, y es que el aumento de las horas de luz es uno de los factores que estimula su floración. 

La clave es: mucha claridad y poca luz directa.

TEMPERATURA

La temperatura ideal para la orquídea esta entre los 15º y los 30º. Además, requiere un alto nivel de humedad, entre el 60% y el 80%.

Un aspecto importante que debes tener en cuenta es que las orquídeas necesitan un contraste óptimo de temperatura las semanas anteriores a la llegada de la primavera para florecer: unos 10 grados entre la mínima nocturna y la máxima diurna (siempre dentro de los límites de 15º-30º). Para conseguirlo, puedes colocar la orquídea por la noche cerca de una ventana que dé al norte o en una habitación que esté más fría que el resto de la casa, por ejemplo. Ya durante el día vuelves a colocar la orquídea en su lugar habitual y de este modo, además del abono y la humedad, le habrás aportado el contraste térmico que necesita para florecer.

RIEGO

La orquídea no necesita una gran cantidad de agua. Es recomendable vigilar el estado de la tierra para asegurarnos que no esté seca y regar sólo cuando el sustrato esté prácticamente seco. Generalmente, deberás regar la orquídea dos veces por semana en primavera y verano y una vez cada dos semanas en invierno y otoño. Eso sí, cuando riegues es importante que quites el excendete de agua para evitar el encharcamiento.

ABONO

Por otra parte, y como solemos deciros, ¡la planta no se alimenta de agua!, por lo que es importante aportarle nutrientes para impulsar el crecimiento natural y la aparición de nueva flor. Utiliza un abono específico para orquídeas.

TRASPLANTE

Cada dos o tres años es recomendable trasplantar la orquídea. ¿Cómo saber si ha llegado el momento? Si hay muchas raíces largas saliendo por el borde de la maceta, significa que la planta ha crecido suficiente y que necesita un cambio de maceta. Recuerda que es mejor utilizar una maceta transparente para que las raíces de nuestra orquídea puedan hacer la fotosíntesis.

FLORES

En general, las orquídeas son plantas de una floración por año, pero el género phalaenopsis -el más frecuente en los hogares- puede llegar a florecer más de una vez al año si cuenta con las condiciones adecuadas.

PODA

Tienes que podar tu orquídea después de la floración. ¡Importante! Corta por el tercer nudo, de este modo permites que la flor pueda crecer de nuevo sin quebrarse. Si cortas por la base le supondrá mucho esfuerzo a la planta y le costará recuperarse.