A pesar de que el cambio climático difumina los rasgos propios de cada estación, estamos en los meses más fríos del año (con primaveras adelantadas, o temporales de viento que se prologan o lo que vaya tocando capear en cada momento) con heladas y nieve en todo Álava y tenemos que esperar a la primavera para que el verde y las flores se instalen en nuestros jardines. No obstante, incluso en los inviernos más duros, siempre hay plantas que nos traen las primeras flores del año, anticipándonos la alegría del buen tiempo y regalándonos color en la estación más fría y oscura del año. Hoy te contamos cuáles son las primeras plantas en florecer del año.
Cercis siliquastrum
Conocido como ‘árbol del amor’, ‘algarrobo loco’ o ‘árbol de Judas’ tiene una floración espectacular que no deja indiferente a nadie, con infinitas flores de color rosa que adornan sus ramas aún desnudas. Una preciosa imagen bucólica a la que todo el árbol contribuye: el contraste de las flores sobre la madera oscura, las curiosas y controvertidas formas de sus ramas…
Si lo incorporas a tu jardín debes tener en cuenta que necesita situarse en un lugar con buena iluminación pero donde el viento no sea demasiado fuerte. Proporciónale suelos sueltos y profundos y un buen drenaje. No hace falta que lo riegues mucho.
Mimosas
La mimosa es un árbol de crecimiento rápido que comienza a florecer al finalizar el invierno. Lo reconocerás por sus características flores de color amarillo intenso con forma de esfera y aroma único.
Uno de los aspectos más destacados de esta planta es que ramas y raíces no crecen al mismo tiempo. Es decir, si por ejemplo las raíces crecen dos metros, las ramas crecerán un metro. Esto provoca que la parte aérea tiene una ramificación un tanto débil y puede partirse por la mitad después de un temporal. Para evitarlo, hay que podar la mimosa (tras su floración) progresivamente para que las ramas no crezcan tan rápido y adquieran más fuerza.
Otra característica de este árbol es que puede llegar a expandirse mucho por raíces. En zonas atlánticas secas se extiende de una forma impresionante. Hay que tener cuidado en este tipo de zonas ya que la mimosa puede convertirse en invasora.
Prunus Pisardi
El ‘Ciruelo Rojo’ o ‘Ciruelo de Jardín‘ es un árbol de pequeño tamaño que pertenece al mismo género que los cerezos y los almendros. Esta es una bonita planta decorativa cuya principal singularidad es que sus hojas son rojas, moradas o de color púrpura. A finales de febrero comienzan a asomar sus flores blanco-rosadas que forman un conjunto digno de admirar, acompañadas por pequeñas hojas moradas con forma elíptica.
Es, sin duda, un espectáculo que agradecerás contemplar en tu jardín. Además, este no es un ejemplar exigente: resiste las heladas, las sequías y la contaminación de las ciudades y no alcanza alturas exageradas por lo que su poda una vez formado será mínima.
Membrillo japonés
El membrillero japonés es un arbusto caducifolio que puede llegar a alcanzar los dos metros de altura y que está muy bien adaptado al clima del norte de Europa. De hecho es en pleno frío cuando presenta orgulloso su presencia: ramas desnudas, sin hojas y con muchas espinas, y un espeso manto rojo de flores.
Es una buena elección para un rincón soleado de tu jardín: demanda pocos cuidados, no es exigente en cuanto al tipo de suelo y necesita un buen drenaje. Riégala dos veces por semana y podrás disfrutar de su belleza.
Forsitia
Este arbusto caducifolio alcanza entre uno y tres metros de altura y nos regala sus flores en la primavera temprana. Sus flores, amarillas brillantes, salen a pasear antes que las propias hojas de la planta, los últimos días de febrero. Las flores de la forsitio surgen en solitario o en grupos de dos y se conocen como ‘campanitas chinas‘ o ‘campanitas doradas‘.
Esta planta necesita mucho sol para crecer, aunque resiste bien el frío. Requiere un suelo fértil y bien drenado y hay que regalarla con bastante frecuencia.
Camelia
El otro día os confesábamos en nuestras redes sociales que las camelias son una de nuestras flores favoritas. Este arbusto es uno de los más populares del invierno, con un follaje verde muy llamativo con unas preciosas flores de colores brillantes. Si quieres camelias en tu jardín colócalas a la sombra, protegidas del sol del verano y controlando que nunca se seque la tierra.
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