El frío está a punto de llegar. A pesar de que el otoño siempre nos regala algún episodio del verano tardío (el ya popular veroño), el calendario avanza y estamos cada vez más cerca del invierno. Hacer el cambio de armario, preparar los radiadores y ¿qué más? ¡Ah, sí! Prepara tus macetas del balcón o tu jardín para que proteger tus plantas del frío.

Protege tus plantas del frío

Para ayudarte a preparar tu jardín y proteger tus plantas del frío, te traemos varios consejos básicos:

Mete tus plantas de maceta en el interior para que pasen al abrigo del hogar los meses de más frío. Vale, no todas tus plantas aceptarán vivir entre cuatro paredes pero aquellas que no necesitan tanto sol puedes resguardarlas en casa. Colócalas cerca de una ventana, para que puedan disfrutar de la luz natural, pero vigila que no queden cerca de los radiadores, para evitar que se sequen. Puedes agrupar varias plantas para que generen un micro clima de humedad y se ayuden entre sí a combatir las corrientes de aire.

Al contrario que en los meses de más calor, riega tus plantas del jardín o del balcón siempre a media mañana o en las horas centrales del día. Es muy importante que tus plantas se sequen a lo largo del día y que no lleguen húmedas a la noche. Los días que se esperan heladas, no riegues.

Protege tus plantas de exterior de las temperaturas más bajas. Mueve las que estén en maceta a zonas más resguardadas. Puedes incrementar su protección envolviendo la maceta en campas de plástico de burbuja, tela o fibra de coco.

Para las plantas de jardín puedes optar por los llamados acolchados, creados con corteza de pino, gravilla, piedra u hojas. Eso sí, es importante hacer esta tarea antes de que lleguen las heladas, para no encerrar las raíces con el frío. Otra opción es crear mini invernaderos con palos y plástico o tela alrededor de tus plantas (pero que no rocen sus hojas). En este caso recuerda que los plásticos solo deben dejarse por la noche, ya que por el día es necesaria la luz solar.

En cuanto a los bulbos, la mejor opción es desenterrarlos en invierno, quitarles las hojas y guardarlos en una bolsa en un lugar fresco hasta que llegue la próxima primavera.