Guía para saber qué le pasa a tu planta de interior y cómo solucionarlo

Dime cómo lucen tus plantas y te diremos qué le pasa. Vigilando el color y el estado de las hojas de tus plantas podrás obtener mucha información sobre el estado y las necesidades de las mismas. Problemas con el riego o la luz o falta de nutrientes son algunas de las carencias que podrás detectar. 

¿Qué le pasa a mi planta? Falta de nutrientes 

Todas las plantas necesitan absorber nutrientes para su correcto crecimiento y desarrollo. Por eso os insistimos siempre tanto en el abonado. Pero, ¿cómo puedes saber qué nutriente le falta a tu planta? Observando sus hojas:

  • Hojas amarillas con zonas muertas y marchitas: Fósforo. 
    El fósforo es muy importante para el crecimiento de las plantas. Sus propiedades ayudan a formar nuevas raíces, producir semillas, frutas y flores. También es importante para combatir las enfermedades.
    Solución: abona con un fertilizante rico en Fósforo enterrándolo ligeramente para que quede más cerca de las raíces. En suelo alcalino, aumenta la dosis.
  • Hojas de color amarillo: Hierro.
    El hierro interviene directamente en el crecimiento, ayudando a producir energía dentro de la planta. Este nutriente no participa en la síntesis de la clorofila pero sí es esencial para su formación. Además, participa en otros procesos metabólicos sin los que las plantas no pueden llevar a cabo su ciclo vital. 
    Solución: añade a la tierra sulfato de hierro o usa un abono específico para plantas acidófilas. 
  • Hojas viejas de color verde pálido y amarillo: Nitrógeno.
    El nitrógeno es utilizado por las plantas para producir hojas y mantener un buen color verde, y ayuda a sintetizar la clorofila, por lo que juega un papel muy importante en la fotosíntesis. 
    Solución: utiliza un abono de extracto de algas o hummus de lombriz. 
    Hojas con tono pálido, incluyendo la nervadura: Magnesio. 
    El magnesio constituye el núcleo de la molécula de clorofila, pigmento de las hojas que se necesita para realizar la fotosíntesis. El magnesio, además, imparte a las plantas resistencia al ataque de enfermedades.
    Solución: puedes añadir una cucharadita pequeña de sulfato de magnesio hidratado a 5 litros de agua.
  • Hojas que se tornan amarillas: azufre.
    El azufre es muy importante para la formación de la clorofila y, además, sirve a la planta como sistema de defensa: es importante en la protección de las células, evitando la deshidratación por calor y sequía y también juega un papel en la protección de los daños de las células por frío.
    Solución: abona con humus de lombriz.
  • Hojas finas con pequeños agujeros: potasio.
    El potasio promueve el desarrollo y crecimiento de las flores y los frutos, regula la fotosíntesis y la absorción de CO2 y da resistencia a las plantas. 
    Solución: abonar con abonos ricos en potasio, como los que son para cactus.
  • Hojas nuevas rizadas y pálidas: calcio.
    El calcio promueve el crecimiento celular y protege la planta contra enfermedades y contra las latas temperaturas. Además, participa en los procesos metabólicos de absorción de otros nutrientes e influye en la calidad del fruto. 
    Solución: las enmiendas caliza molida son suficientes para restituir al suelo la cal que le falta.
Hojas amarillentas
El estado de las hojas de tus plantas puede darte mucha información sobre qué problemas está teniendo

¿Qué le pasa a mi planta? Problemas con el riego 

Es bastante común pensar que si la planta se ve mal, es que le falta agua. En muchas, muchísimas ocasiones, nos venís a ver con dudas sobre el estado de vuestra planta y os sorprende descubrir que la habéis regado de más. Y es que, hay plantas que sufren más por el exceso de agua que por la carencia. 

Como siempre decimos, la mejor manera de saber si tu planta necesita ser regada es introducir el dedo en el sustrato, más allá de la capa superficial y comprobar si la tierra está húmeda o seca. Y no olvides que conocer tus plantas, saber cuáles son sus necesidades, es vital para poder cuidarlas. 

Síntomas de que mi planta sufre por exceso de agua:

  • Ausencia de nuevos brotes en la planta.
  • Debilitamiento de la planta.
  • Hojas que apenas crecen o que nacen en tonos marrones.
  • Caída de las hojas y flores.
  • Sustrato compactado o que, incluso, adquiere un tono verdoso.
  • Estrechamiento de la base del tallo.
  • Sustrato húmedo en las capas más profundas (introduce el dedo entre cinco y siete centímetros).

¿Qué puedo hacer para solucionarlo si estoy a tiempo?

  • Airea tu planta: sácala de la maceta e intenta retirar el sustrato empapado adherido a las raíces. Déjala unas horas secando. 
  • Revisa el estado de las raíces: si están blancas están sanas. Si están negras o comienzan a pudrirse, pódalas antes de plantar. 
  • Vuelve a plantarla. ¡Importante! Si vas a usar la misma maceta, desinféctala. 
  • Aplica fungicida.
  • Recuperar la pauta de riego solo cuando el sustrato esté seco.

Síntomas de que mi planta sufre por falta de agua:

  • Hojas apagadas, sin brillo.
  • Se secan las puntas o los bordes de las hojas. 
  • Amarillean las hojas. 
  • La planta se cae o se queda lacia. 
  • No salen flores. 

¿Qué puedo hacer para solucionarlo si estoy a tiempo?

  • Elimina los tallos y las flores marchitas. 
  • Vuelve a hidratar la planta (¡no la encharques!): elimina la capa superficial de la tierra, saca el cepellón de la planta de la maceta y sumérgela en agua templada durante 10 minutos. 
  • Plántala en una maceta más grande y con sustrato nuevo. 
Planta mustia.
No siempre podemos solucionar el problema del exceso o la falta de agua en una planta.

¿Qué le pasa a mi planta? Problemas con la luz

La luz es un elemento imprescindible para la vida de las plantas, ya que les permite procesar los nutrientes del suelo que toman del suelo y convertirlos en su alimento. Pero no todas las luces son iguales, ni todas las plantas necesitan la misma luz. 

Síntomas de que mi planta recibe demasiada luz:

  • Las hojas pierden el tono verde y se tornen blanquecinas, con bordes amarronados y manchas pardas.
  • Se reduce el tamaño de la planta, se arruga e incluso se chamusca. 
  • La planta tiende a crecer orientada hacia el lado opuesto a aquel de donde recibe la luz.

Síntomas de que mi planta recibe menos luz de la que necesita:

  • La planta está débil.
  • Florece poco y las flores son pequeñas y se caen antes de haber completado el desarrollo. 
  • Las hojas amarillas y se caen enseguida. 

La solución a los problemas de iluminación es sencilla: además de conocer tus plantas y sus necesidades, fíjate en el crecimiento de la planta, ella misma te indicará hacia dónde quiere dirigirse en función a al luz que recibe.